lunes, 13 de septiembre de 2021

Dusty Wings 2 a la venta

Por fin se ha publicado la segunda parte de Dusty Wings:  

Dusty Wings 2

 

Dusty Wings 2 es un hermoso fascículo sobre las hadas ilustrado por la diseñadora gráfica Andrea Obregón Mantecón en base a mis poemas, cuentos y reflexiones de hadas. Al igual que en la primera parte de Dusty Wings, el editor de esta segunda parte es Manel Villena en la linea Ediciones Morpheus Projects.

Gracias a los dibujos de hadas de Andrea, la magia cobra vida en mis poesías de hadas de este ejemplar de Dusty Wings 2 ya a la venta y que podéis solicitar en cinemacomicsmp@gmail.com y también en este enlace: https://www.todocoleccion.net/comics/dusty-wings-2-ediciones-morpheus-projects-presenta~x235863410

 

Andrea Obregón es una excelente ilustradora que ha dibujado hermosas hadas sobre mis poesías y cuentos de hadas. Sin duda, en sus ilustraciones ella ha sabido transmitir la magia, la ligereza y la belleza de estos seres alados de la naturaleza, que nos conectan con un mundo de sensibilidad, luz y fantasía.

¡No os lo perdáis!

miércoles, 21 de julio de 2021

La bondad del hada

 Tus rayos de bondad 

me llegan al corazón

y los siento

como una ligereza del ser,

como una profunda paz interior.

Tu mirada inexplicable 

se posa en mi alma,

acaricia el mundo

y deja al descubierto su pureza.

 

Elevas tu vuelo sin forma 

tras la majestuosidad de las montañas

al caer la noche.


 Me quedo dormida,

mientras la luna

me canta una nana

y me arropa con su manto de estrellas.

 

Hada, estás en mis sueños

donde tu alma hadada y la mía

son una sola.

 

Autora texto e ilustraciones: M.J. Verdú Sacases 

Técnica ilustraciones:Pastel y lápices de colores


Licencia de Creative Commons


lunes, 12 de julio de 2021

Gracias, hada


Mi hada, 

te siento en el alma,

en lo más profundo del ser

como un remanso de paz

donde el silencio cobra vida 

y habla sin palabras.

Vuelas cerca de mí. 

Nunca había escuchado un batir de alas tan rápido...

pero a pesar de ese sonido, 

me transmites paz y conciencia del ahora.

Cuando estoy contigo,

me evocas la serenidad 

que encuentro en la naturaleza:

cuando escucho 

el canto de los pájaros

o cuando observo 

el crecimiento de los árboles,

el fluir del agua

o el vuelo de las mariposas.

Me invitas a adentrarme en tu mundo hadado, 

tan sublime que me parece irreal,

y entonces me doy cuenta 

de que sólo hay amor. Lo impregna todo.

Y ahí reside la magia: en el amor.  

 

Autora texto e ilustración: M.J. Verdú Sacases

Licencia de Creative Commons


domingo, 18 de octubre de 2020

Melancolía

Las hadas me miran con ojos de melancolía. Percibo su luz en mi piel, abrazándome en este día de otoño. Las noto en el silencio, discretas y cálidas. Pero no en el silencio del hogar, sino en mi silencio interior. Allí sonríen tímidamente, bajando la mirada, como si temieran acercarse a mi mundo. Prefieren observarlo desde otra perspectiva, desde dentro, desde la intimidad. No se atreven a asomarse a las ventanas del exterior. 
 
Las añoro, echo de menos su presencia, la magia que revoloteaba en cada uno de mis momentos. Extraño su alegría, la misma que irradian los niños, el juego, sus risas, sus piruetas. Siento nostalgia de la dulzura de antaño con ellas, de lo inesperado y lo espontáneo. Todo eso presidía mi existencia, transformándola, colmándola de sorpresas y de bendiciones. Ahora solo puedo contemplarlas, cuando dirijo mi mirada adentro, allí apenas tienen forma pero percibo su vuelo sutil, grácil y ligero. Permanecen ahí, soplando en mis sueños, como si fueran pompas de jabón y cada una de ellas encerrara un deseo.

Autora texto e ilustración: M.J. Verdú Sacases 

Técnica ilustración: Acuarela

Licencia de Creative Commons

lunes, 16 de marzo de 2020

Con los seres mágicos hasta hoy

Hoy las hadas asoman su rostro aniñado con una sonrisa. Su expresión emana pureza, ternura, inocencia y me lleva de regreso a mi infancia, a esos tiempos de despreocupación, de espontaneidad y de alegria. Percibo la luz de las hadas en el corazón, una calidez que me resulta familiar y entrañable, me reconforta. 
 

La ligereza de las nubes, la frescura del rocío al alba y los primeros rayos sol de la mañana me hacen sentir niña, cuando caminaba libre por los prados. Me veo de regreso a la casa de mi infancia, la cabaña de las montañas de mis abuelos. La belleza y el amor se posaban en cada rincón. Este recuerdo forma parte de mí y me da fuerzas para seguir en momentos de desaliento e incertidumbre. Pero las hadas, los gnomos y los elfos, a pesar del paso de los años, siguen junto a mí. Les doy las gracias por ello.

Autora texto e ilustración: M.J. Verdú Sacases
Técnica ilustración: Pastel
Licencia de Creative Commons


domingo, 1 de marzo de 2020

Más allá de los sueños con las hadas



Ahora las hadas me vibran, me resuenan en el alma.
Ellas me arrastran en su baile hipnótico
en el cual el grito se convierte en silencio
y el canto aflora sereno.
Con ellas me reencuentro en la nada,
en lo divino sin forma,
en la plenitud que no pueden explicar las palabras.

Ya no siento el dolor del cuerpo, ni de las emociones
ni de la existencia humana.

Un gozo permanente irradia en todo,
como luz cristalina que impregna el aura
de todo lo que veo.

La magia de las hadas me abraza
y me muestra la realidad
más allá del sueño.
Algo indescriptible.


Autora texto e ilustración: M.J. Verdú Sacases
Técnica ilustraciones: Acuarela/Pastel
Licencia de Creative Commons

sábado, 29 de febrero de 2020

Ángeles y hadas, hoy

Las hadas y los ángeles me bendicen hoy con la calidez de su luz. Su presencia ligera me transmite serenidad. No presentan hoy una forma muy definida pero la percibo como un halo ligero, puro, cristalino. Me noto llena de vida, cuando estos seres andan cerca. Como si mi cuerpo y mis miedos resultaran sanados de un plumazo. Qué liberación desprenderse del sufrimiento humano.

Hoy reboso dicha en todo mi ser. Esbozo una sonrisa permanente. Aquí todo es frescura, gracia, belleza. Soy algo indefinible más allá del cuerpo, más allá de todo lo que he aprendido en La Tierra. Ahora entiendo porque los iluminados, los santos, los yoguis, los eremitas renunciaron a todo en su vida humana con tal de establecerse en esta dimensión perfecta, sublime, donde palabras como lo divino o la magia se quedan cortas. ¿Cómo puedo describir lo que no pueden darme los sentidos?

Todo aparece y desaparece en el teatro de la vida pero hay algo, un principio sin forma, que reside en todo pero que, sin embargo, permanece inafectado, que lo presencia todo, desde siempre, de manera imparcial. Eso soy. Hadas y ángeles me lo recuerdan y para ello hacen llegar a mí la verdad de algunos maestros que lograron en vida ese estado de gozo más allá de las palabras.

Las hadas me muestran la puerta pero una vez ahí debo abrirla sola y seguir mi camino con la voz del interior, la voz sin voz, el silencio con palabras. Todo parecen contradicciones pero debo integrarlas y entonces me resultarán claras.  
Siento en mi interior la frescura de las flores, la magia de cada momento y puedo seguir así siempre, trascenciendo la ilusión del tiempo y de la falsedad de los conceptos. Los rayos luminosos, tornasolados pasan a través de mí, a través de las hadas como si de espíritus se tratara. En comunión con el ahora, tomo plena conciencia de lo ilusorio de las apariencias. Este estado de elevación espiritual resulta natural para el alma que, cuando se expande en lo que realmente es, vibra en armonía con todo. 


Las hadas me miran como si quisieran entrar dentro de mí. Noto su dulce y curiosa mirada en mi pecho. Me fundo con ellas en la plenitud de lo que soy, en la luz hadada de mi corazón, aquella que me acompaña desde niña. 
 
Cuando era niña, podía ver a las hadas con mayor facilidad que en la edad adulta sobre todo cuando estaba en contacto con la naturaleza. Los majestuosos valles y sus ríos y lagos se convirtieron en testigos de mi niñez. Ahora recuerdo con nostalgia mi vinculo de aquellos días con la madre naturaleza. La paz del bosque se convirtió en mi más fiel aliada. Por aquel entonces yo no conocía el miedo y caminaba libre y alegre en las montañas bajo la atenta mirada de mis abuelos. Los echo tanto de menos... ellos me enseñaron a amar a las montañas. Me explicaron cómo diferenciar los cantos de los pájaros, los diferentes tipos de frutas silvestres y de plantas medicinales. También me hablaban de las hadas, elfos, duendes y gnomos que vivían en el bosque y que conocían el lenguaje de los animales. Los cuentos de hadas constituyeron parte importante de mi infancia pero en ellos había una realidad oculta que yo iría descubriendo con el tiempo en las posteriores fases de mi crecimiento. Siempre tuve una sensibilidad especial aunque eso te convierte en más vulnerable al dolor.

 


Autora texto e ilustración: María Jesús Verdú Sacases
Técnica ilustraciones: Pastel
Licencia de Creative Commons